El Puig d’Arques es una ascenso obligado (a pie o en BTT) para cualquier excursionista; estamos hablando de unos de los sitios más emblemáticos del macizo de Les Gavarres; con una altura de 535 m, que nos ofrece una prodigiosa panorámica de 360º y en días claros una perspectiva sublime de la llanura empordanesa, el golfo de Roses y las Islas Medes. En lo alto de la cima encontraremos el radar meterológico, el mirador de madera y el dolmen del Puig d’Arques reconstruido. Hemos hecho el ascenso clásico por Romanyà y la fuente Josepa y después de alcanzar la cima y saborear la vista hemos ido hasta la masía perdida del hostal de Aiguabona que ha sido escavada recientemente, situada en el entorno del Puig d’Arques. Esta masía esta situada a pie de la pista entre el Puig d’Arques y Can Sitges (el camino de Els Metges); se trata de una masía reducida, de unos 70 m2 y más contemporánea (siglo XlX); el nombre le proviene porque había hecho funciones de hostal para los peladores de corcho, leñadores y carboneros que trabajaban en el bosque en aquella época. Masías y casas perdidas prácticamente borradas de la memoria que gracias a los trabajos de excavación han visto la luz; son un testimonio histórico de la vida que se llevaba en estas montañas gavarrencas cuando la explotación del bosque era un recurso económico de primer orden. Por Can Sitges, collado del Matxo Mort, Roquedal y La Verneda dado la vuelta enlazando Panedes con el GR que nos conducirá al carril-bici a la altura del puente de Salenys, continuando la Vía Verde llegaremos a St. Feliu.