Ruta muy interesante por la Ardenya que compagina mar y montaña y nos permite redescubrir Cala Bona en el término de Tossa, una estrecha lengua de mar que penetra tierra dentro envuelta de rocas y de pinos y que acaba con una minúscula playa; un pequeño chiringuito sirve bebidas y comidas. Singularidad y belleza para configurar una auténtica imagen de postal. Desde St. Feliu subimos por la Divina Pastora y ascendemos por el itinerario clásico por la cresta hasta llegar a la ermita de St. Grau; continuamos por la pista inicial alquitranada que sale delante mismo de la ermita que nos dirige a Cal Federal; nada más pasar la casa dejamos la pista principal y giramos a la izquierda bajando para recorrer el Valle dels Ruixons donde encontraremos diversas fuentes -algunas como la del Ruixó petit que tienen agua todo el año. Llegaremos a la pista madre y seguidamente a la pista principal procedente de Cadiretes (GR); bajando llegamos a una explanada donde encontraremos lo que queda de la ermita de la Mare de Déu de Gràcia (actualmente en fase de restauración); desde aquí giraremos a la izquierda siguiendo las marcas blancas y amarillas de un pequeño sendero que ya dejaremos y que nos conducirá hasta la Cala Giverola. El camino muy bonito va bordeando sin perder casi altura por esta comalada y nos ofrece grandes panorámicas de todo este sector siempre con el telón del mar de fondo. Dede Giverola seguimos la carretera en dirección Tossa y pasada Cala Pola (cámping) ya encontramos el acceso (a pie) para bajar hasta la expléndida Cala Bona. Nos espera un baño celestial en este pequeño paraíso de la costa. Haremos el regreso por la carretera completando una cincuentena de km. que nos han permitido disfrutar de una cabalgata en Btt con magníficas perspectivas de la zona costera y adentrarnos en uno de estos lugares mágicos aún no prostituidos donde la Ardenya indómita se despeña literalmente sobre el mar.